Uno de los sueños del ser humano desde que hay registros históricos, ha sido el de viajar en el tiempo. La capacidad de desplazarse a voluntad hacia el futuro o hacia el pasado y regresar al tiempo presente a voluntad.
Esta fantasía se basa en la ilusión humana de revertir los errores cometidos en el pasado y asegurar un mejor porvenir, trayendo información del futuro. En suma, facilitar el disfrute del presente mediante la manipulación del tiempo. Esto es algo que hemos aprendido a relegar al terreno de la ciencia ficción, considerando que el tiempo es en realidad una ilusión creada por nuestra mente que recuerda los eventos idos ya de nuestras acciones pasadas y que supone por inercia la ocurrencia de eventos futuros. Pero ¿es el tiempo realmente una ilusión? y si no lo fuera, ¿sería posible viajar en el tiempo?
Lo primero que vale la pena reconocer es que en efecto, todos somos viajeros en el tiempo. Nos movemos de forma constante y continua desde el pasado hacia el futuro, viajando juntos en el tren del ahora, el momento presente. Sin freno ni reversa y con el acelerador siempre presionado con la misma intensidad. Somos también viajeros en el espacio a bordo de la Madre Tierra que nos lleva a unos 30 Km por segundo alrededor de nuestro astro Solar, que nos lleva además a 250 Km por segundo alrededor del centro de la vía Láctea.
Lo que no nos enseñaron en la escuela y que ahora sabemos gracias a la difusión de la física cuántica y la teoría de la relatividad es que el tiempo no es una colección de eventos sino parte de una dimensión física compleja y extraña llamada Espacio-Tiempo:
La visión científica
El tiempo se curva, se extiende y se contrae bajo diferentes circunstancias. El tiempo en la luna viaja a una velocidad diferente que en la Tierra y se desvanece al entrar al horizonte de eventos de un agujero negro. Todo esto ha sido comprobado por la Ciencia y no nos queda más remedio que aceptarlo aunque nuestra lógica tenga dificultad en compenderlo. Ahondando en la física cuántica todo se vuelve más extraño aún ya que las partículas que forman los átomos, se han observado 'saltar' de un punto a otro sin haber pasado por el medio e incluso desaparecer y aparecer nuevamente... !instantes antes de haber desaparecido!
Estas observaciones naturalmente elevan la cuestión de si viajar en el tiempo es realmente imposible y de no serlo, si es que existe en la naturaleza alguna forma de hacerlo.
Entonces devolvámonos a las razones por las cuales el ser humano ha soñado siempre con viajar en el tiempo: Corregir errores en el pasado y predisponer el presente con información del futuro. Es aquí donde la poderosa mente con la que hemos sido dotados entra en acción. Y tiene que hacerlo porque el pasado y el futuro sólo habitan en ella. Si careciéramos de la memoria y la capacidad de imaginar, nos quedarían solamente la percepción y las emociones, con las cuales seríamos tan capaces de existir como millones de especies de bacterias, virus, hongos y probablemente vegetales quienes viven, perciben y sienten pero no recuerdan ni imaginan (hasta donde sabemos).
Para todos ellos sólo existe el instante presente, el momento actual, sin prisas, sin preocupaciones, sin remordimientos. En la práctica, ellos viven de instante en instante en un único lugar y momento: aquí y ahora. Nosotros por otra parte vivimos la ilusión del pasado ya que se ha comprobado que cuando recordamos un evento, en realidad recordamos !la última vez que recordamos dicho evento! y así sucesivamente, deteriorando, acomodando e inventando un pasado que creemos que vivimos pero que cada vez se llena más de imprecisiones y rotundas mentiras. Está comprobado que es posible implantar recuerdos en otra persona mediante afirmación asertiva (engaño) de acontecimientos que nunca tuvieron lugar. Esto ha sido probado por estudiosos de la mente y se conoce como "Falsificación de la memoria o falsos recuerdos".
Ni que decir del futuro, del que sólo tenemos la dudosa certeza de que llegará inexorablemente trayendo consigo eventos que damos por seguro como el amanecer, un nuevo año, siglo, etc., o hechos que creemos que sucederán como consecuencia de nuestras acciones del presente. Pero del mismo modo, la percepción del futuro se puede falsear o influir de muchas formas, todas ellas operando sobre la mente humana que es en últimas la que propicia las condiciones para los eventos futuros que experimentaremos, y la que juzgará según su libre arbitrio la ocurrencia de las situaciones externas que acaecerán.
Viajar en el tiempo
Viajar en el tiempo es entonces una cuestión de la mente. Tenemos esa posibilidad a nuestra disposición y la usamos constantemente, aunque en pocas ocasiones para nuestro beneficio, más comúnmente como una forma de escapar del presente para refugiarnos en un pasado agradable o en un futuro reconfortante o para castigarnos por errores cometidos en el pasado o atizar miedos sobre hechos que creemos que pueden ocurrir luego.
También creemos que el pasado es inamovible y el futuro insondable, pero como vimos antes, esto es simplemente falso: Si así lo queremos, podemos reemplazar parcial o totalmente un recuerdo y acomodarlo para nuestra felicidad, o condicionarnos conscientemente para lograr el mejor provecho de los eventos futuros. De esto se tratan en gran medida la Programación Neurolingüística (PNL), la Psicomagia de Jodorowski, las Constelaciones Familiares y muchas otras técnicas que nos ayudan a transformar nuestra visión sobre el pasado y generar las mejores condiciones para un futuro más feliz.
Todo este aprendizaje me sirvió para crear mi propio sistema de viajes en el tiempo para lograr la sanación de eventos tanto en el pasado como en el futuro y lo llamo El Vuelo de la Lechuza.
El Vuelo de La Lechuza
La lechuza (Buho) representa la sabiduría y la enseñanza superior. Debido a su aguda vista de la lechuza es considerado como un gran visionario y de gran oido. Como un tótem que puede revelar habilidades clariaudientes y clarividentes. Como guardián del tiempo nos enseña a viajar en el tiempo pero tomando como punto de partida el FUTURO y no el presente como se creería.
Así funciona:
- Cuando vivas un momento de felicidad, tranquilidad, gozo o placer en el presente, cierra los ojos e imagina que estás en un futuro distante en el cual esa felicidad ya no está, puede ser por ejemplo cuando ese ser querido con el que estás compartiendo ya no esté a tu lado, cuando ya no estés viviendo en un sitio tan agradable, cuando tu trabajo sea mucho más duro que el que tienes ahora o sencillamente cuando en lugar de la felicidad que te embarga, sea la tristeza tu compañera. No podemos saber cuándo llegará ese momento, pero las posibilidades son que llegará algún día.
- Viaja a ese instante en el futuro de dolor y angustia e imagínate diciendo "Ojalá pudiera volver en el tiempo a aquel momento en el que fui feliz, en el que mi ser querido estaba conmigo aún, en el que tenía más tiempo para disfrutar, etc.
- Contempla por unos segundos esa tristeza, esa angustia, observa el deseo de volver a un momento mejor y recibir un bálsamo para el dolor.
- Recuerda entonces que sí es posible viajar en el tiempo y prepárate para el viaje agradeciendo a la divinidad por ese regalo y esa sanación.
- Cierra tus ojos en ese momento futuro y ábrelos en el ahora, reencontrándote con tu presente de felicidad y armonía, recordando que vienes desde un momento difícil en tu futuro y que estás aquí realmente para disfrutar intensamente de este momento, reconociendo la tranquilidad, la salud, el amor en tu corazón, la magia de estar vivo.
Haz esto cada vez que puedas recordarlo, también cuando sientas que estás pasando por alto muchas cosas bellas de tu vida y que tal vez más adelante añorarás. Cuando estés al lado de tus padres pero no estés compartiendo con ellos y te hagas consciente de que algún día te faltarán y desearás volver a este momento para aprovechar mejor el tiempo.
Yo lo practiqué cuando vivía en una ciudad al lado del mar que ya me tenía un poco cansado, quería volver a la gran ciudad. Pero luego me hice consciente que cuando estuviera en la ciudad, algún día extrañaría el Mar y vivir con aquella tranquilidad, así que cerraba mis ojos y hacía el vuelo de la lechuza para volver al presente y re-descubrir con asombro la maravilla de estar en ese lugar.
De igual forma lo hago cuando estoy cerca de mi hija mayor y reconozco que unos pocos años hará su vida y vivirá lejos de mi, entonces vuelvo del futuro y la abrazo con mucha intensidad. De igual forma con mi hija recién nacida que en cosa de meses dejará de ser una bebé que extrañaré y de esa forma se me pasa inmediatamente la incomodidad de escucharla llorar o pasar algunas noches sin dormir bien.
Así viaja en el tiempo la persona de sabiduría.
Guane Sua
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