Continuando con la disertación sobre la construcción espiritual del Universo, ahora compartimos las explicaciones que sobre el tema de los diferentes niveles de realidad espiritual plantea el señor Carlos Holguín en su sitio web dentro del libro electrónico "El Cielo Responde", que alertamos, se trata del resultado de sesiones de mediumnidad realizados para canalizar información de seres espirituales de otros mundos pero que a la luz de mi propia verificación espiritual, tienen una gran cantidad de información valiosa para la comprensión de la realidad espiritual. Algunos conceptos se han editado para ajustar la información a la experimentación y subjetividad del presente autor pero si desean contrastar este documento con la versión original, pueden remitirse al enlace original del contenido aquí.
Con respecto al universo en sí, nosotros pensamos que es infinito, pero bien podría suceder que dicho universo en su totalidad, desde la partícula más pequeña hasta la galaxia más grande, fueran solo una parte de un universo energético mucho mayor. En esta realidad suprafísica habría partículas de más alta vibración, pero análogas a las partículas de la materia conocida. Habría ondas de supraenergía, análogas a las ondas de luz visible que percibimos diariamente.
En conjunto, conformarían un mundo de una vibración más elevada, a la que podríamos denominar nivel 2 de vibración espiritual, siendo el nivel 1 nuestro universo físico. Según la teoría del vórtice, bien podría haber muchos universos suprafísicos en la creación. Los universos superiores englobarían a los inferiores, puesto que las velocidades mayores "contienen" a las velocidades inferiores.
Como todas las velocidades están centradas en un punto cero en común, podemos llegar a representar dichos universos como esferas concéntricas. Las esferas interiores representarían a los universos más densos (más lentos) y las esferas exteriores, los universos más elevados (más rápidos). De acuerdo con la sabiduría ancestral, hay seis planos de vibraciones espirituales elevadas (del 1 al 6) y dos planos de vibraciones más densas que nuestro universo físico (-1 y -2) para un total de nueve (9) dimensiones o mundos. Según otros sabedores, habría 9 mundos hacia arriba y 9 mundos hacia abajo (en términos de vibración espiritual) pero en este texto acogeremos la primera versión que es la que propone el Señor Holguín y que además se ajusta más a mi comprobación personal.
Hay planos superiores, cuya vibración es infinitamente más sutil: el plano 7, que es donde moran las Energías Crística y Búddhica, y el plano 8, donde habitan los elohim o dioses menores. Hay incluso planos más elevados, que se acercan al Absoluto, el Dios creador de todos los planos y todos los universos. El detalle de qué entidades habitan en cada plano es un tema poco conocido, pero muy interesante.
El universo observable es el universo del plano 1 pero hay además múltiples universos paralelos en este plano físico, donde es posible que la misma persona pueda estar viviendo una experiencia distinta en cada universo o, incluso, podría no existir en alguno de esos mundos. Con los conocimientos actuales, es imposible pasar de un universo a otro. Sin embargo, en diversos estudios de física cuántica, se ha experimentado con partículas elementales y éstas, en un momento dado, desaparecían. No se transformaban en una forma más sutil de energía. Literalmente desaparecían del campo de observación. ¿Dónde iban esas partículas? Éste es un tema aún no resuelto por los hombres de ciencia, aunque muchos apoyan la teoría de las múltiples dimensiones, que difiere muy poco de la teoría de los universos paralelos.
Volviendo al tema de las vibraciones, sabemos que el nuestro es un universo físico. Las vibraciones suprafísicas conforman otros planos mucho más sutiles. ¿Quiénes los habitan? Lo importante es familiarizarnos con algunos términos. Uno de ellos el alma. En el plano físico, nuestra alma anima nuestro cuerpo y nuestra mente pero se encuentra en un plano de vibración superior, el que nosotros llamamos el mundo espiritual.
Cuando desencarnamos seguimos existiendo como alma, ya que ésta es inmortal. Mediante la telepatía (propia o utilizando un médium) es posible comunicarse con cualquier alma, encarnada o desencarnada. A través de diversas revelaciones ha sido posible saber que los espíritus habitan distintos planos en el universo suprafísico, según la categoría de Luz que posea dicho espíritu.
Los Espíritus parásitos, que son aquellos que han desencarnado con apegos y deseos, pueden habitar en los planos 2 y 3. Aquellos espíritus que han alcanzado un grado de Maestría, se encuentran en el plano 4. En la vibración siguiente, el plano 5, moran los espíritus que alcanzaron la máxima Luz. El plano 6 está habitado por los ángeles o espíritus guía, que no sólo están en una frecuencia vibratoria mucho más alta que la del mundo físico que percibimos, sino que incluso vibran en una sintonía más fina que la del mundo de las almas.
En el plano 7 moran las Energías llamadas Crística y Búddhica, formadas por la Luz y el Amor del Absoluto, aparte de otras energías de Luz que han iluminado a distintos Avatares a lo largo de la historia de nuestra humanidad.
El plano 8 está habitado por los Elohim o dioses menores, que fueron los encargados de crear a los distintos seres angélicos, a los elementales de la naturaleza y a los espíritus que moran en los diversos planos de vibración. Cada Eloah o dios menor tuvo una misión determinada en el planeta Tierra. Uno de los más conocidos fue Yhaveh que, para poder comunicarse telepáticamente con los hombres tuvo que descender parte de su esencia del plano 8 al plano 4. En realidad, parte de sí mismo vibró más lentamente, descendiendo automáticamente a la 4ª vibración, mientras el resto de su esencia se mantuvo en su plano original. Así pudo contactarse con Moisés. De otra manera su vibración hubiese sido tan alta que nunca se habrían captado sus mensajes.
El antiguo pueblo judío llegó a confundir a Yhaveh con Padre Madre Dios, hasta que Ieshu ben Iosef, más conocido como Jesús de Nazareth, nos describió al verdadero Padre, diciéndonos que Él es todo amor, toda comprensión y que no castiga, porque el avance hacia la Luz o el retroceso hasta la Oscuridad, tiene un mecanismo mucho más simple y más sutil.
Si un espíritu de Luz es invadido por el ego, estando en el plano 5 de vibración, nadie lo expulsa de ese plano a una vibración más baja. Ante cualquier atisbo de ego, ese espíritu empalidece y la misma Luz del plano que habita "se le hace incompatible" y, en forma automática, desciende de nivel.
En los niveles 2 y 3, los espíritus no sufren las necesidades físicas del nivel 1, pero sí atraviesan otro tipo de necesidades generadas por su ego. Por ejemplo, necesidad de notoriedad, que les trae aparejadas fuertes ansias de poder. Así, buscan someter al espíritu más débil. Se cargan de su energía, ignorando que Padre Madre tiene su Luz disponible para todas sus criaturas. A su vez, se rebelan contra las entidades que tratan de someterlos a ellos. Arman grandes legiones y protagonizan luchas tremendas en esos planos de vibración. Al encarnar en el plano 1, muchos de esos espíritus siguen la rebeldía en el universo físico y, en vez de evolucionar, retrasan más y más su camino hacia la Luz. Al desencarnar, el desbalance energético que llevan es mayor que la que habían traído. Y en muchos casos su caudal negativo es tanto que esos espíritus descienden al plano -1, conocido como el plano de la Soledad.
En esa vibración negativa, el aprendizaje es tremendo. Están rodeados de la más absoluta soledad. Aparte, la luz, que invade a todos los planos de vibración positiva, no se percibe en ese nivel. No importa la cantidad de espíritus que moren en el plano -1: no se pueden comunicar entre ellos. Cada entidad tiene el libre albedrío para desplazarse en cualquier dirección. Sucede que no llega a ningún destino. El vacío en ese nivel es tan notorio que el espacio del plano 1 agobiaría en densidad. Así como no se recibe luz, tampoco hay sonidos, El silencio se hace palpable. No hay encierro, pero una libertad sin comunicación visual, auditiva o telepática se hace insoportable. En ese nivel, como en los otros niveles, la única manera de subir de vibración es a través de un cambio de consciencia e identificarse con una verdadera vocación de servicio, sin alimentar el ego con rencores, apegos o deseos.
Hay otra vibración más baja: el plano -2, que algunos llaman la Octava Esfera o los mundos infiernos. La Octava Esfera es habitada por entidades espirituales que alcanzaron el límite de la inconsciencia. Según una rama de la doctrina teosófica, los espíritus que son confinados por su gran crueldad en esa zona misteriosa llamada la Octava Esfera, pueden ser separados del origen de su ser, para ser allí desintegrados y sus partículas diseminadas en el vacío absoluto. La gnosis lo llama la Muerte Segunda. Por revelación, se sabe que no es así. Padre Madre Dios nunca condena eternamente, pues dentro de Su Esencia se encuentra la Divina Misericordia y todas las entidades espirituales siempre tienen una nueva oportunidad de recomenzar el camino evolutivo hacia la Luz. Y se evoluciona con enseñanza y amor, no con castigo. No existe el fuego eterno.
En el plano -2 el dolor se siente magnificado, pues cada entidad que habita allí puede palpar el sufrimiento de todas las almas en error y lo vive como propio. No se puede describir con palabras esa sensación tan agobiante. El espíritu aprende a compartir el dolor. Se da cuenta de que hay muchos que sufren tanto o más que él. Y al final deja de pensar en su dolor para tratar de calmar el dolor ajeno. Con esa actitud, automáticamente eleva su vibración y asciende de nivel. Otras informaciones equivocadas decían que la Octava Esfera destruía por completo la esencia del mal. No la destruye, la transmuta, pero la transmuta porque el espíritu aprende su lección.
La mayoría de los Espíritus parásitos habitan en los planos 2 y 3. Su aprendizaje en esos planos es lento y por eso vuelven a encarnar. De esa manera tienen la oportunidad de evolucionar de una forma más rápida. Claro que el riesgo es grande, pues ningún espíritu encarnado recuerda sus vidas anteriores, como tampoco tiene memoria de sus vivencias en los planos suprafísicos. Y en lugar de evolucionar puede seguir cometiendo errores, generando un desbalance mayor que el que trajo al plano físico.
En el plano 4 moran los espíritus que lograron ascender al grado de Maestría, eliminando el ego por completo y asumiendo su vocación de servidores. Son entidades que dedican todo su tiempo a servir a sus semejantes, pues carecen de necesidades propias. También buscan orientar a aquellos espíritus que han perdido el rumbo hacia la meta evolutiva.
El plano 5 está habitado por Espíritus de Luz. Son entidades de una vibración tan elevada que "su brillo" se destaca del de otras almas de menor nivel. Su misión no sólo es Servir, sino también guiar a sus semejantes.
Por encima de los Espíritus de Luz está el mundo angélico. Es el plano 6 del universo suprafísico y los seres que viven en él son los tan conocidos ángeles.
Otro tema muy interesante es el de las tan nombradas almas gemelas. Siempre nos han enseñado que las almas gemelas eran las dos mitades de un alma que se buscaban para volver a unirse. Lamentablemente, eso es crear en el ser humano una dependencia afectiva. La realidad es todo lo contrario de lo que enseñan en las clases de autoayuda. También nos explicaban que las almas gemelas eran dos almas tan iguales que, cuando encarnaban en el plano físico, siempre eran de distinto sexo para poder ejercer una atracción recíproca. De esa manera nos enseñaban a necesitar, a ser dependientes de un amor personal. No entendían que, al no necesitar, podíamos usar toda nuestra energía de amor para dar al otro.
Al mostrarnos la teoría de esa manera nos indicaban todo lo contrario del genuino camino espiritual, que explica que el verdadero amor no necesita, porque es Amor de Servicio. Ése es el Amor impersonal. Porque el amor personal que damos y recibimos a diario se alimenta de emociones negativas difíciles de controlar, de dudas, de celos, de diversos roles de control entre uno y otro protagonista de ese sentimiento.
Por el contrario, el Amor Impersonal no intenta manipular ni busca dominar a la persona a la que va dirigido ese afecto, sino que trata de serle útil... pues no importa uno, sino el otro. Pero para brindar ese amor tan excelso, tan elevado, no es necesario buscar la excusa de que somos la mitad de un todo y que la otra mitad es aquel ser a quien tenemos que amar.
Afortunadamente, la respuesta es más sencilla y menos egoísta. Porque, en realidad, las almas gemelas no son dos partes de un mismo espíritu. Tampoco son necesariamente espíritus de distinto sexo, pues los espíritus no tienen sexo. La teoría espiritual explica que las almas vibran en forma sutil o en forma densa, de acuerdo a su altruismo o egoísmo. Cada vibración es distinta a la otra, casi siempre. Pero hay espíritus que tienen vibraciones afines. Hay almas que vibran en la misma sintonía. Son espíritus cuya vibración está en resonancia. Si dichos espíritus fueran sonido, se podría decir que son ondas acústicas de la misma frecuencia y amplitud. Ésas son las almas gemelas. La definición correcta es que las almas gemelas son espíritus que vibran en un acorde determinado, producido en resonancia con otro espíritu.
Es muy importante aclarar otro equívoco. Hay otra creencia errónea que sostiene que las almas gemelas siempre son dos. Esto no tiene que ser necesariamente así, ya que puede haber muchos espíritus que vibren en una misma frecuencia. Creer que solamente dos son las almas que pueden estar en resonancia entre sí es limitar la afinidad de los espíritus. De todos modos, es importante destacar que en los Espíritus de Luz la afinidad es matizada por un amor impersonal y no por un sentido de posesión.
Pero las almas gemelas no necesariamente están en un plano de Luz. Hay espíritus regidos por la crueldad que se encuentran en los planos más densos... y también son afines entre ellos. No se conocen entre sí, pero se comportan de la misma manera. Poseen la misma mezquindad, tienen similar egoísmo y hasta su carácter es parecido. Pero, a diferencia de los espíritus de Luz, estas almas aun siendo compatibles, pueden llevarse mal entre ellas. Esto demuestra que no siempre las almas gemelas se aman entre sí... ¡aquellos espíritus invadidos por el ego sólo se aman a sí mismos! Eso lo vivimos comprobando diariamente.
Con respecto a las afinidades, las almas gemelas solo tienen afinidad verdadera en los planos de Luz, porque en los planos inferiores, su resonancia no es garantía de compatibilidad. Lo satisfactorio es que todos tenemos más de un alma gemela a la nuestra. Si vibramos en Amor, podremos percibir esas almas y, a la vez, seremos percibidos.
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