El silencio llena mi mirada mientras ondas celestiales envuelven mi alma,
En el retiro en el que me encuento, observo la paz de la piedra que desde su inerte existencia palpita en la eternidad,
Mientras el tiempo corre a su alrededor sin tocarle.
Desde de mi corazón surgen caudales de luz que llenan la estancia;
Reflejan los ecos de tantos amores vividos en numerosas vidas.
Historias aparentemente inconexas de encuentros y despedidas,
Tal vez demasiadas de las últimas, pero sin ellas, las primeras no serían posibles.
Son los sueños, puertas efímeras que me devuelven a aquellos pasados, que también son futuro
Donde mi alma busca sin cansancio un encuentro que quizás nunca llegue,
Porque quien busca es también a quien quiero encontrar.
Y como aún soy muy pequeño, tan solo logro reconocerme
En los reflejos que me devuelven otras almas.
Ahora la niebla baja y se posa sobre las aguas,
Que se mantienen impávidas ante la mirada del coloso de piedra.
Escrito libre realizado durante el taller Marca de Amor
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